“Las fuerzas de seguridad vinieron y dijeron que el papa quería saludarme”, dijo el dueño del perro, Alessandro Forlani, que contó que fue muy emocionante y que no le salieron las palabras cuando estaba delante del pontífice.
Al final, pidió la bendición del pontífice para su mujer y su hija.
Pero Francisco se agachó hacia el perro, llamado Asia, y bendijo también al animal.
Y así convirtió a Asia, de 8 años, en protagonista del día, pues todos querían conocer al perro bendecido por el papa.
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